viernes, 23 de noviembre de 2012

~Entra en mi vida~.

 ††Yumee Kuran Michaelis††

Hard Yaoi ( No recomendado a menores de 18 años).
Pareja: Shiki x Akira (Togainu no chi)

Después de ver por años las decenas de rostros mostrando placer y satisfacción de sus habituales conquistas bajo su cuerpo desnudo, mas se sentía asqueado, inquieto, insatisfecho. Hasta el punto de tener sexo con tres personas diferentes en una sola noche, para probar la existencia de algún sentimiento en su interior.

Siempre había sido así, era un ser lleno de orgullo y superioridad hacia el resto de los mortales. Lo habían criado así, su padre un multimillonario dueño de cientos de empresas de renombre en el ámbito de la tecnología y su madre una mujer que habitualmente se le veía en fiestas triviales mostrando lujosos vestidos y joyas de diseñadores. En su mente no tenía ningún recuerdo de lo que llamaban “una familia cálida”.

Y así a sus veintidós años, Shiki era un chico más que sucumbía a las regalías que el dinero podía comprar. Autos, viajes, mujeres hasta incluso amistades las compraba con el vulgar y sucio dinero.

No le importaba el sexo de la persona, ni el dinero que gastase por conseguirlo, él solo quería disfrutar sentir algo por primera vez en su vida.

Claro estaba que bajo de esa mascara de hostilidad y mujeriego que mostraba a los demás se encontraba el alma vacía, moribunda y suplicante de cariño que se negaba a mostrar la muchedumbre.

Como era de costumbre cada cierto tiempo Shiki debía acompañar a sus padres a alguna fiesta de alta alcurnia donde se encontraban los máximos empresarios del país, para mostrar la pantalla de “Familia Feliz y Unida”.

Se sentía asqueado de ver y escuchar temas tan triviales, como el cómo esos viejos sin vergüenzas impedían pagar impuestos y ese tipo cosas. Tanta pomposidad y cinismo de todas esas personas que buscaban la caída de sus pares lo irritaban. Era ver la viva imagen de buitres esperando la caída de algún animal indefenso y desprovisto de armas para luchar.

Para despejarse un poco, el chico de ojos rojos poco a poco se fue alejando en dirección a la terraza la cual esta deshabitada. Lo único que quería era estar solo y alejarse de ese mundo que era totalmente opuesto a él. Perfecto, pensó al ver que no había gente.

Uno de los camareros que atendían esa noche vio a lo lejos como Shiki se alejaba. La verdad es que lo había visto toda la noche y pensó que estaría aburrido o algo parecido. Acomodo en su bandeja una copa de vino tinto y se dirigió a donde el moreno se encontraba.

Se sorprendió al ver la solitaria mirada carmesí del hombre, que miraba casi con adoración la luna llena, sus ojos eran tan rojos como el vino que el mismo le traía. Se acerco poco a poco casi hipnotizado por la mirada penetrante del chico, el cual calculó seria un poco mayor que él. Algo golpeo con su pie sacándolo de su trance y también el del contrario. Asustado se volteo a ver al hombre que lo sacaba de sus pensamientos.

Dirigió su mirada al hombre y se sorprendió quedando sin palabra alguna. Era primera vez que esto le pasaba, su corazón latía a mil por hora. Era el hombre más maravilloso que había visto en su vida, sus rasgos eran tan delicados y perfectos que hasta el dios Apolo sentiría envidia de un rostro tan perfecto.

Nunca se había sentido de esa forma, jamás su corazón había latido así por nadie.

-Lo siento mi señor, no fue mi intención molestarlo,- dijo el camarero de cabellos color ceniza - si me disculpa me retirare enseguida.-termino de decir para dar media vuelta y emprender su marcha.

-No!... no te vayas- exclamo para luego volver a decir serenamente- no me has molestado en absoluto.

El chico de cabellos cenizas se volteo nuevamente para quedar frente a Shiki. Mostrando una sonrisa le ofreció la copa de vino a Shiki, este la acepto amablemente y luego de darle un sorbo, dijo.

-Detesto estas fiestas, definitivamente no nací para estar rodeado de tantas personas elegantes.- miro nuevamente el rostro del muchacho y pregunto- ¿cuál es tu nombre?.

-Me… me llamo Akira, mi señor- respondió tímidamente.

-Muy bien Akira, te prohíbo que vuelvas a llamarme señor, no soy para nada un vejete como esos que están adentro- bromeo el mayor- llámame Shiki.

-Está bien señ… digo Shiki.

Continuaron hablando así por alrededor de una hora y Akira se dio cuenta de que debía volver a su trabajo, había desaparecido por mucho rato y de seguro lo reprenderían.

-Lo siento Shiki pero debo volver a mi trabajo, me reprenderán si no vuelvo enseguida- explico haciendo un ademan en retirarse, pero el más alto lo detuvo tomándolo de un brazo.

-Akira no se qué es lo que me pasa, pero no puedo permitir que te vayas- respondió este acercándolo a su cuerpo y con la otra mano tomándolo por la barbilla.

-Shi… Shiki- su mente le ordenaba zafarse del abrazo pero su corazón le decía que no, estaba tan absorto en aquella mirada, que le era imposible alejarse de ella.

Debía admitirlo siempre le habían gustado los hombres pero esto era diferente, el era un hombre rico que podía tener a millones de personas mejor que él.

Todos sus pensamientos y batallas mentales se fueron a la basura cuando sintió como los labios del contrario se posaban en los suyos. Un remolino de sensaciones se apoderaron de él al mismo tiempo en que la lengua del mayor se abría paso para juntarse con la de él. Ya no pensaba solo actuaba y se dejaba llevar por Shiki.

Shiki por su parte era primera vez en su vida que sentía una lluvia de placenteras sensaciones, era él, definitivamente era él. Él sería la persona que lo llevaría a la locura, él sería el hombre que lo satisfacería, él y solo él sería el primer hombre que le llenaría el alma.

-Ven conmigo-pronuncio roncamente con una voz llena de deseo- deja todo esto y ven conmigo. Akira embelesado solo se limito a asentir.

Ambos salieron del centro de fiestas en donde se encontraban y se dirigieron al estacionamiento en donde se encontraba un Camaro negro perteneciente a Shiki. Condujeron a toda marcha hasta llegar al lujoso departamento del ojirojo.
Shiki abrió la puerta del departamento y dejo pasar primero a Akira y luego entro el cerrándola con seguro. Ambos se sacaron los zapatos y entraron. Era un lujoso y definitivamente costoso departamento pensó Akira al entrar, trato de fijarse en lo que pudo pero Shiki lo atrajo fuertemente a si mismo y lo beso nuevamente.

Akira por su parte no se resistió para nada, había estado esperando por eso desde que salieron de la fiesta. Entrelazo sus brazos alrededor del cuello de Shiki atrayéndolo más su cuerpo y haciendo más profundo su beso. Ambos abrieron sus bocas dando paso a sus húmedas y cálidas lenguas. Ambas combatían en un juego del que ninguno podía perder y ambos podían ganar.

Se separaron por unos segundos buscando aire, mientras se desvestían ferozmente. Shiki por su parte jamás había sentido tanto calor en su vida, deseaba tanto sentir el cuerpo del otro que rápidamente abrió la camisa de su amante. Una vez ya desnudo el torso de su Akira lo cargo entre sus brazos haciendo que Akira entrelazara sus piernas en su cintura y lo llevo hasta uno de sus cómodos sofás de cuero negro.

Lo recostó y comenzó a lamer todos los lugares más sensibles que pudiera imaginar. Comenzando por el lóbulo de su oreja derecha, bajando lentamente por su cuello, beso su clavícula, dejando notoras marcas de chupetones. Mas tarde bajo mas hasta quedar a la altura de sus pezones los cuales comenzó a lamer, mordisquear y succionar, mientras Akira gemía suavemente, jadeaba y suspiraba entrecortadamente.

Se sentían tan fuertes y tan débiles a la vez, ambos exploraban sensaciones desconocidas y disfrutaban maravillosamente con ello.

Nuevamente se besaron febrilmente y tocándose en todos los lugares más apetecibles y hambrientos de sus cuerpos.

Akira se levanto y sentó a Shiki en el sofá. Bajo el pantalón de este junto con sus bóxers y dio paso para ver el enorme y endurecido miembro de Shiki.

Primero comenzó por masturbarlo suavemente haciendo enloquecer al mayor de lujuria, luego lo lamio desde la base hasta la punta de este y más tarde lo metió por completo en su boca realizando movimientos de arriba hacia abajo acompañado por una de sus manos. Shiki gemía profundamente sin control era un placer que lo llevaba a la locura.

Antes de que este se corriera, levanto a Akira y lo posiciono encima de él, haciendo que su miembro quedara a la altura de su rostro luego ordeno a que Akira lamiera dos de sus dedos y los introdujo en su parte trasera este lanzo un grito de dolor y la vez de placer. Mientras movía hábilmente sus dedos de adentro y hacia afuera con su boca chupaba y succionaba su miembro.

Akira gemía fuertemente a más no poder. Las tácticas de su amante para enloquecerlo eran maravillosamente eficientes. No aguantaría mucho.

-Ah!!... Shiki… me voy a… correr- alarmo el más joven pero Shiki hizo caso omiso y succiono con más fuerza y movió sus dedos con más rapidez, provocando que el menor se corriera en su boca.

-Tonto te dije que me iba a correr- dijo Akira mostrando falso enojo. Para luego besar nuevamente a Shiki.

-Jamás me había sentido así con nadie, eres el primero que me hace sacar mis más bajos instintos- respondió el ojirojo tumbando a Akira nuevamente en el sofá posicionándose encima de él-, ya debes estar listo para el próximo paso.

Shiki se abrió paso entre las piernas de Akira y comenzó a meter su miembro en la entrada de Akira. Este se abrazo fuertemente clavando sus uñas en la espalda del mayor soltando un sonoro gemido cuando ya se encontraba completamente dentro. Shiki espero unos segundos a que Akira se acostumbrara y este comenzó a mover sus caderas avisando que ya se encontraba listo.

Las embestidas eran suaves y profundas al principio haciendo gemir lascivamente a Akira.

-Más… quiero más… Shiki- le susurro suavemente entre gemidos al oído.

Este sin hacerse esperar incremento las embestidas cada vez eran más fuertes y profundas provocando que ambos gimieran sonoramente. Se podría adivinar que en casi todo el edificio se escuchaban las voces de estos dos amantes.

Los gemidos fueron más fuertes cuando ambos llegaron al orgasmo, liberando sus esencias, aquel liquido blanquecino que daba aviso de cuanto habían disfrutado hacerlo.

Lo hicieron una vez mas y ambos quedaron exhaustos, descansaron unos minutos y luego Shiki se levanto del sofá tomando la mano de Akira en su acto y lo guio a su cuarto.

-Descansaremos mejor aquí no crees- dijo Shiki mientras le dedicaba una dulce sonrisa a Akira.

Ambos se acostaron y durmieron plácidamente fuertemente abrazados.

<<Jamás dejare a este hombre>> pensaba Shiki mientras se entregaba a los brazos de Morfeo.

A la mañana siguiente Shiki despertó y al tratar de abrazar a Akira, lo único que abrazo fue el vacio. El chiquillo ya no se encontraba.

Desesperadamente se levanto de la cama buscando algunos bóxers para ponerse y salió de la habitación.

Cuando salió se encontró a Akira vestido con su camisa que básicamente le quedaba enorme por todos lados y en sus manos llevaba una bandeja con el desayuno.

-Buenos días- saludo alegremente el peligris- ¿qué haces en esa facha?- pregunto divertido.

-Iba a buscarte. Pensé que te habías ido - respondió aun sorprendido y luego embelesado al ver a su amante vestir su camisa, se veía simplemente adorable y excitante a la vez.

-¿Y pensabas salir a buscarme así? – pregunto nuevamente mostrando una sonrisa divertida.

- Bueno… esto… - no fue capaz de terminar la frase puesto a que Akira se acerco y lo beso en los labios.

- ¿comamos mejor? – Shiki solo se limito a asentir enérgicamente y siguió a Akira.

Ambos entraron en la habitación, después de un exquisito desayuno Shiki se armo de valor y dijo de una sola vez.

-Akira… bueno sé que es demasiado pronto para que yo diga esto pero…-nunca en su vida había estado tan nervioso como lo estaba ahora- me gustas.

-bueno Shiki yo…

-no me digas nada ahora!, solo quería que supieras-interrumpió el ojirojo.- y bueno me conformaría con solo ser tu amigo por ahora.

- Ah Dios, no sé si eres tierno o tonto -dijo Akira mientras se un leve sonrojo aparecía en sus mejillas.

-¿A qué te refieres?- pregunto confuso Shiki.

- ¿Crees que haría lo que hicimos con una persona que no me guste?- pregunto el más joven, mientras observaba el rostro aun confuso del pelinegro- me gustas obvio… y mucho – suspiro- jamás me había sentido así y yo no quiero tu simple amistad.

Shiki quedo el estado de shock, pero rápidamente se recupero y de un brazo tironeo a Akira contra su cuerpo.

-Hey… oye…!!- trato de protestar el chico de cabellos cenizas, pero Shiki no aflojo su abrazo. En lo único que pensaba es lo bien que se sentía percibir ese calor.

Un calor que únicamente le podía proporcionar ese camarero.



The End...

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