miércoles, 28 de noviembre de 2012

Sacrificio de Amo (Ciel x Sebastian + 18)


Sinopsis

Escuchar de la persona que amas que ya no le interesas, puede ser una verdadera puñalada por la espalda, mas aun cuando se tiene esperanza que esa persona sienta algo por ti, exactamente eso es lo que le pasa a Ciel Phantomhive un joven de 17 años que despierta de la muerte convertido en un demonio, enamorado de su fiel mayordomo Sebastian Michaelis, que ahora se dispone a matarle, ¿acaso era tanto el odio que sentía Sebastian hacia el?, ¿acaso su sacrifico habia sido en vano?, había abandonado todo para ser como el, con el fin de estar con su amado mayordomo por la eternidad, pero este lo recibía nada mas y nada menos q con la única intención de matarle, Ciel no aceptaría eso y mucho menos aceptaría alejarse de su amado, demostrando egoísmo y quizás algo de orgullo logra que el mayordomo acepte servirle aun hasta en el mismo infierno, Por otra parte Sebastian Michaelis, no podía soportar el hecho de que su amado amo se haya convertido en un ser frió y sin sentimientos, el simple hecho de recordarle siendo humano, el recordar su mirada desesperada rogando por alguien que le ayudase, no eran nada comparada con la mirada fría y sin escrúpulos que ahora veia en esos ojos rojos, podía fingir q todo estaba bien podía seguir sirviendole con el fin de estar a su lado, pero aun así ese niño de mirada carmesí no era del que se había enamorado ¿sera verdad que los demonios no tienen sentimientos? O solo sera cuestión de mitos, bien es dicho que muchas leyendas son mentiras pero que hay de aquellas q son ciertas, ¿Podrá el amor, romper los esquemas? O es el fuego del infierno mas abrazador que las llamas del corazón, tres mundos totalmente diferentes, unidos por una sola persona, codiciada por humanos, demonios y shinigamis, sera esta la respuesta que todos buscan o sera un mito mas del que se hablara luego.

Capitulo 1: Ha despertado un Demonio Descripción: I love you

Lo primero que vi al despertar fue ese cabello negro como el ébano, cubriendo esa piel clara como porcelana, donde resaltaban esos hermosos ojos carmesís pude ver su dolor en la mirada, lo que no pude ver fue que se disponía a matarme así mismo como me ataco esquive el golpe que demonios se disponía hacer Sebastián acaso odiaba tanto el que me convirtiera en demonio, El, un demonio me juzgaba por ser uno, pude sentir que los sentimientos humanos ya no me afectaban tanto como antes, pero aun así sentía un inmenso odio, como era posible que el ser al que tanto apreciaba prefería verme muerto, mi egoísmo pudo mas no me permitiría perderle, no me permitiría estar solo por el resto de la eternidad, de algo estaba seguro y es que no lo obligaría a estar a mi lado, deseaba tenerlo a mi lado, deseaba escucharle siempre deseaba verle siempre,

-Sebastián se mi mayordomo- señale con indiferencia

-yes my lord- respondió este sin pensar

Su respuesta me impresiono más que el mismo hecho de que yo le preguntara, seguimos andando hasta ese jardín de rosas blancas con negra era la combinación perfecta podía verme allí junto con Sebastián, el siendo una rosa negra y yo siendo una rosa blanca estaba feliz de que él quisiera quedarse a mi lado pero aun así porque su rostro se veía tan miserable.

-¿¿quién eres??-pregunte mientras tomaba su traje de cola- ¿¿dónde está tu arrogancia??-

-se ha marchado al igual que usted- respondió Sebastián sin vacilar

-yo estoy aquí Sebastián- dije más alto de lo que pretendía, me acerque a él los pocos centímetros que nos separaban y halándole por el cuello lo bese, el no reacciono solo se quedo sin hacer nada, mis labios rogaban que los suyos respondieran, pero él no hacía más que aguardar que terminara.

-perdóneme joven amo si le ofende lo que le diré, pero ahora es un demonio y ya eh perdido el interés en usted-

Sus palabras fueron una puñalada por la espalda bien sabía que Sebastián había estado todo se tiempo conmigo para devorar mi alma, pero nunca creí que dolería tanto el reconocer que no había algo mas.

-no debiste aceptar quedarte conmigo, si tanto me desprecias-

-recuerda la promesa que le hice en el cementerio, pasare lo que pasare sin importar que siempre estaría a su lado, y nunca miento-vacilo- se le olvida, es eso lo que exigió en el contrato -pregunto- o desea anular la promesa-

-que juego estás jugando Sebastián-cada palabra que salía de su boca me lastimaba, ya no necesitaba sentimientos humanos para vivir pero por alguna razón aun los tenia presente, quizás se debiera al poco tiempo que tenía como demonio, de seguro pronto los olvidaría.

-pero joven amo fue usted el que puso las pautas del contrato, aunque cabe destacar que no todo fue cumplido al pie de la letra- respondió este sarcásticamente- pensándolo desde ese punto de vista yo tampoco debería seguir cumpliendo-espeto

-ya basta-grite- no pretendo jugar este juego contigo, quien te crees que eres hablándole así a tu amo, tu mayordomo inútil- quería hacerlo sufrir quería que se arrepintiera de su palabras, quería que dijera que todo era mentira que de verdad si quería estar conmigo.

-hemos llegado, joven amo- dijo este sin tomar importancia a mi anteriores palabras- bienvenido al infierno, pronto llegaremos a la mansión donde nos quedaremos, no es tan lujosa como su mansión pero tampoco es que la valla a utilizar mucho- siguió caminando señalando el camino.

Lo primero que vi es que era muy parecido a la Londres de donde veníamos con estructuras victorianas y muy similares, la diferencia es que todo era algo mas lúgubre su gente en este caso demonios vestían todos de negro, el cielo era de un gris que se entendía en cada rincón con una cierta decoloración que se tornaba rojo, Llegamos a una mansión 10 veces más grande que la mansión Phamtonhive, su estructura alzaba paredes con enormes ventanales, donde no se proyectaba ningún tipo de luz, sin mencionar una palabra Sebastián abrió la puerta y entramos, su decoración era lúgubre pero bastante agradable, habían muchos demonios murmurando supongo que se debía a que éramos los únicos con apariencia humana en ese momento.

-Sebastián, tiempo sin verte-comentaban muchos, mientras que el demonio solo los ignoraba,- ¿¿quién es ese niño, es nuevo??-

Sebastián seguía caminando como si nadie le estuviera hablando yo iba tras de el guardando silencio, subimos cinco pisos, caminamos por un largo pasillo con muchas puertas y todo esto sin que se escuchara ni un solo sonido de la boca de Sebastián.

-Esta será su habitación joven amo-dijo finalmente después de tanto silencio, abrió la puerta e hizo seña para que pasara- debido a que los demonios no tenemos ninguna necesidad humana, puede permanecer aquí todo el tiempo que quiera, cuando necesite hablar conmigo solo llámame y aquí estaré, hasta luego- se despidió mientras se disponía a cerrar la puerta.

-aguarda-me apresure- ¿¿ exactamente hacia donde te diriges?? No te eh dicho aun que te marches-dije en tono arrogante- no pretendo estar aburrido así que consigue algo divertido con que distraerme es una orden-

-yes my lord-

-FLASHBACK Sebastián-


No mas despertó lo ataque, quería comprobar si era cierto que mi preciado amo se había convertido en demonio, quería negarlo, quería que me dijeran que no era verdad pero allí estaba la evidencia, su rostro frió y sin emoción, esos ojos de color carmesí que me miraban lo había perdido había perdido a mi lord, ya no sería el mismo, quería devorar su alma y así poder entenderlo pero más que eso quería tenerlo a mi lado, que fuera solo mío, que estuviera solo para mi, esa pelea constante que tenía en mi interior ese deseo de abrazarle, ese deseo de devorarle, ese deseo de tenerle por siempre eran sentimientos tan contradictorios que odiaba el sentirlos, no se suponía que los demonios no podían sentir al igual que los humanos, como es que un simple niño había logrado cambiar todo, el me miro fijamente al mismo tiempo que me decía reclamaba la forma de darle la bienvenida. Mientras yo solo me excusaba con que quería verificar si era un demonio, pero la verdad es que quería verlo muerto, ese no era mi amo se no era Ciel ese no era el joven del que me enamore.

Estaríamos atados por la eternidad luego de que el me lo pidiera, pero porque aun dolía porque ese sentimiento me quemaba como si fuera veneno, explotaría en cualquier momento como una bomba nuclear, se había ido ya no vería su desesperación, su tristeza, su dolor ya solo quedaba un ser frió de lo que en algún momento había sido ese ser capaz de sentir pero incapaz de mostrar ese ser tan orgulloso que se reservaba sus sentimientos para sí mismo pero que aun yo podía notar, esa misma tarde lo había llevado al infierno, a pesar de que muchas veces le dije que aun hasta en el infierno le seguiría ese era el único lugar a que no quería llevarle, pero que mas quedaba el aguardaba en una habitación a que yo le llevara lo que había pedido, recogí varias cosas humanas que se encontraban en mi habitación entre ellos algunos juegos que yo había considerado divertido.

-Fin FLASHBACK Sebastián-


Mirando desde mi ventana aquel cielo sin rastros de luz, recordaba aquel beso que nunca fue correspondido, pude notar como suaves lagrimas corrían por mi rostro mientras mi corazón ardía como el carbón en el fuego, llevaba solo unas horas de haber despertado como demonio pero aun así seguía teniendo sentimientos humanos, sonreí pesadamente mientras pensaba que Sebastián me había mentido al decirme que los demonios no podían sentir, y llore amargamente al ver que en ese caso Sebastián nunca había sentido nada por mí, me aleje de la ventana mientras miraba la habitación, justo al posar mis ojos en la puerta le escuche, él se encontraba detrás, toco dos veces y espero mi señal.

-Adelante-

-Joven amo, eh traído algunas cosas- dijo con esa vos tan sensual mientras se acercaba a mi con varios objetos en sus manos-

- Déjalas por allí, luego las veré- dije fríamente, el no se inmuto siquiera un poco por mis palabras, más bien las dejo en una pequeña mesa que allí se encontraban y se dispuso a marcharse.

-Sebastián ven aquí-le llame,

- Que desea joven amo- pregunto mientras se acercaba

-Bésame- dije sin vacilar.

-Pero joven a…- antes de que pudiera negarse le bese, nuestros labios se unieron en un tierno beso que al principio el no quiso corresponder.

-es una orden- le dije separándome solo unos milímetros de él.

-yes my lord-

Su labios tomaron los míos casi que con cautela, poco a poco el vaivén de nuestros labios tomo un ritmo menos tímido, el introdujo su lengua mientras exploraba cada centímetro de mi boca y yo saboreaba aquellos dulces labios que tanto había deseado, sus manos comenzaron a tocar mi cuerpo, desesperado por dejar mi piel desnuda, en un tiempo que casi fueron segundo Sebastián había dejado todo mi torso desnudo mientras acariciaba suavemente mis tetillas y bajaba con un beso húmedo a través de mi cuello, no pude evitar soltar un gemido suave, mientras este tomaba con su boca mis pequeños pezones y los mordía, yo tome su rostro y le bese necesitaba sentir el sabor de su labios, mi miembro ya erecto pedía a gritos salir de mi pantalón mientras chocaba contra su cuerpo, intente quitarle su ropa pero el sostuvo mis muñecas en alto mientras besaba mi torso, se dirigió lentamente con una cadena de besos hasta llegar a mi pantalón, al llegar allí, fue como si hubiera entrado en un nuevo mundo y simplemente me soltó mientras se alejaba.

-Lo siento- dijo con una mirada sombría- esto no puede pasar-

-Claro que puede pasar Sebastián- dije casi implorante-

- No, no puede- respondió alzando la voz

-Si puede Sebastián- vacile- tú y yo podemos estar juntos…. Porque…porque… Yo te amo- solté lentamente mientras me encontraba con sus ojos

-pero yo a usted no-

Sus palabras me quemaron como si fueran un lanzallamas, el salió rápidamente de la habitación mientras yo aun permanecía en shock, caí al piso inerte mientras sentía como mi corazón se rompía en miles de pedazos, si antes había tenido dudas, ya ahora no las tenía, el mismo me había dicho que no me amaba así que de que mas servia, me vestí rápidamente y Salí corriendo de la habitación quería alejarme de allí lo más rápido posible, quería alejarme de él, quería dejar de sentir dolor, corrí rápidamente llegando nuevamente a Londres, vaguee sin darme cuenta hasta llegar a mi mansión, reaccionando ante el peligro de que alguien me viera me escondí entre las sombras mientras veía atentamente lo que hacían los que en algún momento había sido mis sirvientes.

Contnuara

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